El año 2006 fue un año bastante duro para mí, un año de cambios, un año de altas y bajas, un año de tropiezos, muchos tropiezos, pero también de lecciones aprendidas, un año de reflexiones y conclusiones, y en medio del tormento de ese año, llegue un día a cuestionarme en el pleno ojo del huracán, en el momento en que había caído tantas veces que había perdido la cuenta, en el momento en que creí que nada cambiaría, me pregunte ¿Por qué la felicidad no puede ser perpetua?, ¿Por qué es tan efímera y tan esporádica?.
Y es que en ese momento me di a la tarea de reflexionar toda mi vida, y reflexionar el verdadero significado de la felicidad, busque en diccionarios, busque en internet, busque en la experiencia de gente cercana a mí, pero ninguna definición, ningún ejemplo me llenaba del todo, hasta, que en un momento de inspiración, sin ningún motivo y sin ninguna razón, pensé, la felicidad es como un orgasmo!.
Por definición me atrevería a decir que la felicidad es el clímax de nuestra vida, el orgasmo es el clímax de una situación sexual, y ¿a que tiene que venir esta comparación?, pues a mucho diría yo, me puse a meditar y me dije a mi mismo: he pasado toda mi vida tratando de buscar que mi vida siempre sea feliz, a todo momento, a toda hora, pero pensé, si la vida es como un orgasmo, imagínate que todo el santo día estuvieras experimentando un orgasmo perpetuo, tal vez al principio seria fenomenal, pero al cabo de cierto tiempo, empezaría a primero que nada limitar tu desarrollo en otros aspectos de la vida, segundo después de tanto tiempo sintiéndolo perdería esa chispa, perdería esa magia, ya que lo que hace especial a algo, es básicamente 2 cosas: que sea efímero y que sea esporádico.
Así como un orgasmo perpetuo, la felicidad perpetua terminaría por fastidiarnos, y es que si nuestra vida siempre fuera sencilla y feliz, no valoraríamos nada, no disfrutaríamos realmente los momentos buenos por que desconoceríamos el significado de los momentos malos, no sabríamos distinguir entre lo dulce y lo amargo, entre las victorias y las derrotas, es por esto que la felicidad debe ser efímera, para cuando aparezca realmente la sepamos valorar.
Así que por mas que intentemos, por mas optimistas que queramos ser, por más que tomemos las riendas de nuestro destino para dirigirlo siempre a una existencia llena de felicidad, por más que algunos dirijan sus plegarias en petición de la felicidad, por más que nos esforcemos, la felicidad, nunca fue, no es, y nunca será perpetua, por que son esos pequeños momentos, efímeros y esporádicos de felicidad los que realmente nos hacen comprender que nuestra vida debe de brillar de felicidad solo por algunos segundos para así no dejarnos ciegos.
Y es que en ese momento me di a la tarea de reflexionar toda mi vida, y reflexionar el verdadero significado de la felicidad, busque en diccionarios, busque en internet, busque en la experiencia de gente cercana a mí, pero ninguna definición, ningún ejemplo me llenaba del todo, hasta, que en un momento de inspiración, sin ningún motivo y sin ninguna razón, pensé, la felicidad es como un orgasmo!.
Por definición me atrevería a decir que la felicidad es el clímax de nuestra vida, el orgasmo es el clímax de una situación sexual, y ¿a que tiene que venir esta comparación?, pues a mucho diría yo, me puse a meditar y me dije a mi mismo: he pasado toda mi vida tratando de buscar que mi vida siempre sea feliz, a todo momento, a toda hora, pero pensé, si la vida es como un orgasmo, imagínate que todo el santo día estuvieras experimentando un orgasmo perpetuo, tal vez al principio seria fenomenal, pero al cabo de cierto tiempo, empezaría a primero que nada limitar tu desarrollo en otros aspectos de la vida, segundo después de tanto tiempo sintiéndolo perdería esa chispa, perdería esa magia, ya que lo que hace especial a algo, es básicamente 2 cosas: que sea efímero y que sea esporádico.
Así como un orgasmo perpetuo, la felicidad perpetua terminaría por fastidiarnos, y es que si nuestra vida siempre fuera sencilla y feliz, no valoraríamos nada, no disfrutaríamos realmente los momentos buenos por que desconoceríamos el significado de los momentos malos, no sabríamos distinguir entre lo dulce y lo amargo, entre las victorias y las derrotas, es por esto que la felicidad debe ser efímera, para cuando aparezca realmente la sepamos valorar.
Así que por mas que intentemos, por mas optimistas que queramos ser, por más que tomemos las riendas de nuestro destino para dirigirlo siempre a una existencia llena de felicidad, por más que algunos dirijan sus plegarias en petición de la felicidad, por más que nos esforcemos, la felicidad, nunca fue, no es, y nunca será perpetua, por que son esos pequeños momentos, efímeros y esporádicos de felicidad los que realmente nos hacen comprender que nuestra vida debe de brillar de felicidad solo por algunos segundos para así no dejarnos ciegos.